Como manda la tradición, este año nuevo me he dado el primer madrugón, ha sido diferente porque por primera vez me ha acompañado mi hija Ainara con 12 añitos, pensé que no se levantaría pero como una campeona ahí que se vino conmigo y me compañero de fatigas fotográficas Daniel.

El lugar elegido para este primer amanecer fue la pequeña Suiza como se le conoce al valle de Aramaio. No teníamos muchas expectativas al principio de llegar pero poco a poco aquello se puso interesante.

Este es el valle de Aramaio, y nos lució más o menos así como veis a la izquierda.

Nosotros estábamos situados justo detrás de un guardamiedos de la carretera, tampoco hay más espacio que no nos tapasen los matorrales que hay en el primer plano.

conocíamos el lugar de otras ocasiones y fuimos un poco con el tiempo justo de montar los trípodes, explicarle a mi hija de forma muy somera el funcionamiento en modo manual de su cámara

y a disparar...

Este es el momento en el que el sol hacía su puesta en escena, justo por encima del pequeño pueblo dejándonos esos finos rayos como regalo de la toma.

Afortunadamente este año nuevo no hacía nada de frio y estábamos sobre unos 12 grádetes que se se agradece y más por mi hija, a ver si así se anima a venir más veces.

La imagen sobre estas líneas es un detalle de una de las tres iglesias que tiene a su alrededor este pueblo, desde luego un lugar muy recomendable para ir a dar un paseo en familia.

Ainara

Ella para mi sin duda la gran protagonista de mi primer amanecer del año y de la que me siento orgulloso de como se comporto